Si los compendios de mapas buscaron por mucho tiempo representar una imagen acabada del mundo, trazar un plano detallado, inmo´vil, preciso, Tavares se propone en este Atlas lo contrario: mostrar una realidad siempre inacabada, maleable, inconsistente, y descreer como bandera, aproximarse a las cosas a partir de la duda, torcer los mapas mentales cotidianos. El mundo sigue siendo cada vez distinto y desconcertante, solo hace falta verlo, si es preciso, con mirada diabo´lica.