En este libro el autor realiza un conjunto de reflexiones acerca del signo fílmico y el signo literario, destacando la problemática que supone la adaptación de una novela al medio fílmico. Aunque se reconoce que se trata de modos de expresión y estética distintos, es evidente que muchos clásicos del cine se han basado en el planteamiento argumental de novelas.