En la búsqueda de la palabra exacta, del anhelado mot juste, en la creencia de que «todo depende del plan», Gustave Flaubert -que pasará a la historia de la literatura tanto por novelas de la altura de Madame Bovary como por cuentos imprescindibles como «Un corazón simple»- llevó a lo largo de su vida varios cuadernos de apuntes, donde volcaba no solo ideas para los libros que escribió y para los que jamás escribiría, sino también aforismos, rigurosas anotaciones de lectura o reflexiones punzantes: sobre sí mismo, sobre la literatura, sobre el arte en general, sobre la actualidad o sobre la historia.
Los cuadernos aquí reunidos por el escritor Eduardo Berti, prácticamente inéditos en castellano, permiten no solamente contemplar a un Flaubert en estado puro, sino también apreciar la innegable evolución desde las más tempranas meditaciones a la notas para la planeada segunda parte de Bouvard y Pécuchet, que quedó inconclusa con la muerte del autor.