Hace muuuchos años, mi amiga Cuti me dijo que yo era una vaca descarriada, que era como esa vaca que no quiere seguir a la manada. Todas van juntas a donde les ordenas,
pero la vaca descarriada no; ella va donde ella quiere.
No recuerdo por qué lo dijo, si era halago o crítica, pero a mí me encantó la comparación. En 2009, abrí mi cuenta de Twitter con ese nombre, también hice videos de El shou de la vaca para mi canal de YouTube, así que fue muy natural que mi primer libro se llamara Diario de una vaca descarriada.
Ahora tienes en tus manos la tercera versión de este diario, que es como un remake más bonito, con nuevos textos, nuevas tareas y nuevas ilustraciones. ¿Por qué? Porque
amo este libro y quería que continuara creciendo. Quiero que la vaca siga andando por nuevos caminos, con nuevas manchas, siempre descarriada.