Después de los elogiados Cuentos del Jíbaro y La línea Plimsoll, Juan Gracia Armendáriz pone su certera prosa al servicio del Diario del hombre pálido, su vivencia más íntima transfigurada en texto literario y recogida en este diario, una historia real convertida en una obra maestra del género. Como dice el propio autor:
«Créanme, es asombroso comprobar cuántas perlas brillantes pueden hallarse en el oscuro nacedero de la enfermedad.»