Por qué, según mediciones científicas, el coeficiente intelectual de los niños ha aumentado en las últimas décadas mientras las evaluaciones de su creatividad muestran un sostenido descenso ? ¿ Por qué, al contrario de lo que se cree, el ruido puede ser un estímulo a la concentración al lograr la sincronización de neuronas y regiones cerebrales? ¿Por qué, desde la aplicación en las empresas del método de gestión Seis Sigma, disminuyó su capacidad de innovar y de lanzar nuevos productos ?Estas son solo algunas de las interrogantes que se despejan tras la lectura de este libro urgente en el que, amparado en la evidencia de múltiples investigaciones en neurociencia y ejemplificaciones que van desde Newton y Descartes al poeta Rilke, el científico Andrew J. Smart aborda de forma amena la importancia del ocio en el desarrollo del cerebro y cómo cuando nos entregamos a él muchas veces podemos decir « !Eureka! » y encontrar solución a situaciones que nos dan vuelta. Cuando no hacemos nada, plantea el autor, con el cerebro ocurre lo contrario ya que algunas de sus áreas funcionan a plena máquina, y es con este dinamismo que se activa la red neuronal por defecto, que sustenta el « autoconocimiento, los recuerdos autobiográficos, procesos sociales y emocionales, y también la creatividad». Es así como nos explica que «las personas que pueden destinar tiempo a esa reflexión [sobre sí mismos y su experiencia] al entregarse al ocio tienden a ser más creativas y a gozar de mejor salud mental»