El teatro en China ha sido, hasta principios del siglo XX, la forma de recreo preferida de toda la sociedad china, tanto en el campo como en la ciudad. Fue también, sobre todo durante las últimas dos dinastías (Ming y Qing), la forma de diversión favorita de la corte imperial, y el espectáculo principal de las recepciones d iplomáticas que se organizaban para recibir a las grandes embajadas procedentes de otros países. La obra que aquí presentamos, El licenciado número uno, Zhang Xie, es la primera obra que nos queda del llamado Teatro del Sur o nanxi ?? y fue descubierta en 1921, por el coleccionista Ye Gongchuo ??? (1881-1968) en una librería en Londres. La obra nos habla de un joven licenciado con talento que se dirige a la capital para presentarse a los exámenes imperiales. Por el camino, es atracado y vapuleado por un ladrón, pero consigue llegar a un templo cercano en el que habita una joven huérfana que le ayuda a recuperarse. Como muestra de gratitud, el joven Zhang Xie se casa con ella y poco después parte de nuevo para la capital. La vicisitudes del camino llevan al licenciado a tomar decisiones que ponen en tela de juicio los principios morales que una educación confuciana inculca a los miembros de su clase letrada y administrativa, y el desenlace de la obra nos muestra qué forma de justicia desean aquellos que sufren la ignominia que les inflige esta clase gobernante. Esta obra es importantísima en la historia del teatro chino, no solo por ser la primera de este tipo, o porque nos muestra una estructura dramática completamente formada, sino porque representa, además, unos valores sociales ?típicos de una clase urbana? muy distintos de los que encontramos en el teatro chino de los letrados un siglo después.