Saludada por Aimé Césare, el máximo exponente de la poesía francófona caribeña como un acontecimiento poético de primera magnitud en el escenario de la lírica en francés, la obra de Torabully es la afirmación de una voz personalísima que traba ecos ancestrales venidos de las tradiciones líricas indiasa, africanas y europeas a los acentos más roncos de la reivindicación post-colonial.