Después de publicar la Traducción de los Diálogos de amor de León Hebreo, se hace inevitable recuperar la obra que hizo del Inca Garcilaso uno de nuestros clásicos imprescindibles cuando se habla de la literatura mestiza renacentista: los Comentarios reales. Y máxime, si tenemos en cuenta que el próximo 2016 se celebrará el cuarto centenario de su muerte.
Hijo de una princesa Inca y del capitán extremeño Garcilaso de la Vega Vargas, Gómez Suárez de Figueroa tal y como fue bautizado−, pasó la niñez en su Cuzco natal al amparo de la familia materna. En ese entorno aprendió el quechua y otras muchas tradiciones orales que más adelante reflejará en los Comentarios reales. Tras la separación de sus padres, el joven queda en la casa paterna y se prepara en un colegio para los indios nobles de la ciudad, pero su formación no resultará completa hasta que viaje a los Reinos de España con el dinero heredado para concluir sus estudios.
En 1563, ya en la península, nuestro autor firma un documento con su nuevo nombre, Inca Garcilaso de la Vega, que trata de apelar tanto a su a su doble linaje como a la condición de mestizo y bastardo en una metrópoli obsesionada por la limpieza de sangre: "mestizo me llamo yo a boca llena y me honro en él". En este mismo sentido hará imprimir su escudo de armas al frente de la primera edición de los Comentarios, en el que se recoge el ideal del caballero renacentista como evidencia el lema "con la espada y con la pluma".
El Inca Garcilaso aborda la escritura de los Comentarios al sentirse legitimado por su nacimiento cuzqueño frente a otros cronistas españoles que trataron de retratar aquellos reinos paganos desde la otra orilla. A las fuentes orales que le transmitió su madre sobre la cultura quechua y el conocimiento de la lengua indígena, se añade el testimonio de otros contemporáneos como López de Gómara, Cieza de León o el padre José de Acosta.
Fruto de esta combinación de fuentes será el ameno relato que alterna los capítulos culturales con los de orden político, cuestiones cosmográficas, con otras sobre el origen del Perú y los oscuros tiempos preincaicos, además de infinidad de asuntos domésticos como la crianza de los niños, la existencia de una lengua secreta que solo conocían los monarcas o la presencia de mujeres públicas, que amenizan la narración sobre la genealogía de los distintos reyes Incas y otros acontecimientos históricos del Perú.
*La edición incluye mapas desplegables para reflejar la expansión geográfica del Imperio Inca y su división en cuatro provincias, así como varios grabados sobre los usos y costumbres de la época.