Hacia 1885, Kim vagabundea por los aledaños del Museo de Lahore. Parece uno más entre las bandadas de niños indios que pelean por encaramarse al viejo cañón Zam-Zammah, pero Kimball OHara es en realidad un niño inglés al que el destino depara una aventura de amistad, lealtad, honor y heroísmo.