Paul Valéry (Sète, 1871-París, 1945) es el prototipo de la llamada «poesía pura» y uno de los poetas más influyentes y considerados del siglo XX. Su obra está basada en el escepticismo y la tolerancia, despreciando las ideas irracionales y dudando de la inspiración poética, exaltando el trabajo, la conciencia y la razón como las bases de la creación poética.
«Su espíritu, sin abandonar su rigor, supo conservar todo su valor poético e introducir, incluso, en su obra creadora ese rigor que en general puede considerarse como antagónico al arte y que, al contrario, transforma el arte de Valéry en un milagro de perfección».
André Gide