La mano junto al muro tiene tintes de relato policial, pero el verdadero crimen es quedarse en lo superficial y no apreciar la innovación en la forma de narrar y lo que nos sigue contando de nosotros y nuestras sociedades aún hoy. Hay en esta pared un camino de historias que se enrolla sobre sí mismo, como la serpiente que se muerde la cola. ¿Cómo es que llegamos a este punto?
Cuando se lee a Meneses y su Mano junto al muro, el tiempo se espesa y se dilata a unos niveles que podrían considerarse absurdos, en unas pocas líneas nos cuenta una historia policíaca, denuncia social, un misterio, decadencia, y podría seguir y seguir al infinito.