Con datos históricos, Juan Claudio Lechín muestra las acciones puntuales que tomaron estos caudillos para controlar lo político, lo jurídico, nuevas Constituciones, la reelección y el sistema electoral; el Congreso, los sindicatos y las libertades públicas, y embridar a los aparatos represivos del Estado.
El fascismo es un modelo pragmático para la toma absoluta del poder por parte de un caudillo mesiánico. Utiliza la seducción o el crimen, las urnas o los fusiles, el discurso o el golpe, la nacionalización o la privatización y cualquier otro instrumento para lograr el objetivo absolutista. El libro detalla las medidas, leyes y acciones que tomaron para lograrlo.
Y se verá, como si fuera un calco, que la historia hace gala de una geometría perversa y se repite a pesar del paso del tiempo y de las distancias geográficas.