Los perfiles y crónicas que conforman este volumen han sido escritos con la maestría y urgencia de un niño genio. Pocos son capaces de imprimirle una mirada tan personal a sus primeras obras, pero Juan Manuel Robles logra escarbar en los personajes que ausculta de tal modo que pareciera revelárnoslos por vez primera. Un broadcaster retirado gobernado por su pequeña hija, un exquisito compositor que no sabe tocar un solo instrumento, la chica que corre tabla como si fuera un hombre, la exreina de belleza que intenta darle algo de charm a cientos de comensales famélicos, un cocinero rockstar a quien no le interesa montarse en la ola del boom gastronómico peruano, una presentadora de televisión recluida en su set y un tipo común con la oportunidad de dejar de serlo conforman este libro que es también una especie de bestiario.