«Escribir sobre la violencia es una de las más arduas tareas literarias. La violencia pone punto final a las palabras... Y, sin embargo, para que la violencia cunda son necesarias muchas palabras que la propugnen, la acompañen y la justifiquen», escribe José Manuel Fajardo en su prólogo a Los años del miedo, un extraordinario análisis y crónica de la violencia terrorista que el mundo ha sufrido durante los últimos veinticinco años.
El terrorismo marca nuestro tiempo. Desde la violencia de ETA y la respuesta del GAL, hasta el atentado del 11M en Madrid; desde el golpe del 11S contra las Torres Gemelas de Nueva York hasta la expansión de ISIS y sus ataques en París, Bruselas y Bagdad... Sufrimos y contemplamos una espiral creciente de atentados, muerte y dolor que nos deja sin palabras. Que provoca reacciones tan irracionales como el horror que las motiva. Que se usa para justificar la guerra como instrumento de la política internacional y con la excusa de la seguridad, en un devastador círculo vicioso que socava la democracia y da argumentos a los mercaderes de la violencia.