Memorial de Isla Negra es la gran autobiografía poética que Pablo Neruda publica en 1964 para celebrar sus sesenta años de vida. En uno de sus discursos, él dijo: Aunque hay un hilo biográfico, no busqué en esta larga obra, que consta de cinco volúmenes, sino la expresión venturosa o sombría de cada día. Es verdad que está encadenado este libro como un relato que se dispersa y que vuelve a unirse, relato acosado por los acontecimientos de mi propia vida y por la naturaleza que continúa llamándome con todas sus innumerables voces, y terminó declarando: No renuncio a seguir atesorando todas las cosas que yo haya visto o amado, todo lo que haya sentido, vivido, luchado, para seguir escribiendo el largo poema cíclico que aún no he terminado, porque lo terminará mi última palabra en el final instante de mi vida.
En efecto, el poeta siguió trabajando, hasta el momento de su muerte, en la gran vertiente autobiográfica de su poesía, pero no volvería a hacer una obra poética de la magnitud y consistencia de Memorial, donde se imbrican sucesos personales y recuerdos de su vida con la inmersión en sí mismo, con sus aspiraciones y reflexiones, y especialmente con la búsqueda de las sustancias materiales y los paisajes de su patria, de los que se nutren su historia y geografía personales.