Los niños de hoy son precoces, intuitivos, conscientes, sensibles y poseen una notable energía interior. No se adaptan a los modelos habituales de comportamiento, actúan según sus propias leyes, no aceptan la presión, no se contentan con respuestas fáciles y son, en consecuencia, difíciles de guiar, como bien saben padres y educadores. Estos niños, que con base en la descripción de la personalidad a través de los colores, son llamados niños índigo, tienen una gran tarea: devolver la paz y la armonía al mundo. Ellos nacen para ser mensajeros y creadores de una nueva era. Podrán hacerlo sólo si les permitimos crecer y evolucionar mediante una guía adecuada. Niños índigo, realidad del tercer milenio, explica este fenómeno que nos involucra a todos, y orienta a padres y maestros en la importante tarea educativa que les corresponde.