La categoría que recibe el tratamiento más original es, sin duda, la de desplazamiento epistemológico. Distanciarse de la noción de ruptura epistemológica de la vulgata althusseriana, que se convirtió en lugar común para aquellos que defienden rígidamente un antes y un después de un(a) determinado(a) autor(a). Montoya optó por un instrumento conceptual más apto para retratar con precisión matices de las piezas de repuesto que se reubican en el itinerario de la obra de Quijano. Así, el desafío de desmontar el rompecabezas de la obra total quijaniana impulsa a Montoya a proponer una periodización temático-cronológica que confirma una frase de Fredric Jameson, a propósito de sus propias investigaciones sobre la posmodernidad: Es imposible no periodizar.