El presente trabajo se propone poner en cuestión el lugar común de la crítica que repite que la crónica contemporánea es un ?género híbrido? y a partir de allí explica sus mutantes trayectorias. Para ello, revisa la noción de género y el relato maestro ontológico y normativo que está debajo del binarismo puro/híbrido. Considera también que el lugar de enunciación del cronista no tiene que ver con un punto de vista subjetivo u objetivo, sino que esa mirada sobre lo cotidiano no es ni más ni menos que una estrategia de escritura, un modo de percibir y reconfigurar lo sensible. En este sentido, no se define el carácter testimonial de la crónica a partir de una relación mimética entre escritura y realidad o escritura y verdad, y, por lo tanto se revisa la noción de realidad en la que se sostienen las manifestaciones acerca del carácter documental y realista de este género. Se trata de trazar un mapa que recorra los diversos itinerarios de este proteico e inestable modo de narrar la vida de todos los días, que en este siglo ha comenzado a ocupar un lugar central en el mercado y la institución literaria, para hacer visibles las relaciones entre la crónica y las dominantes culturales de una contemporaneidad caracterizada por la porosidad de fronteras, la desterritorialización y el reciclaje de la tradición en clave irónica.