En pleno océano había una chica que vivía sobre una roca. El océano no era como el que te has imaginado. La roca tampoco era como la que te has imaginado. La chica, en cambio, quizá fuera como la que te has imaginado... siempre que la hayas imaginado reflexiva, de hablar suave y demasiado aficionada a coleccionar tazas y vasos.