El antes atractivo profesor de 52 años David Lurie, dos veces divorciado, se reconoce envejecido y en decadencia. Ya no es un joven que llama la atención de las mujeres. En un intento de probar lo contrario y de darle un balance a su vida, seduce a Melanie, treinta años menor que éste y, además, alumna suya. Al descubrirse el idilio estalla el escándalo; Lurie es invitado a renunciar, de no aceptar dar disculpas públicas por escrito ante lo sucedido. David, un intelectual experto en poesía romántica, con convicciones arraigadas, se niega a disculparse por algo que considera natural, y renuncia a la acomodada vida de profesor universitario en Ciudad del Cabo, Sudáfrica.
Es allí donde decide visitar a Lucy, su hija. Esta vive en Cabo Oriental, una zona apartada de la ciudad. Su vida no vuelve a ser la misma luego de conocer las reglas e ideas que rigen la vida de dicha gente.
A lo largo de la obra, el lector no solamente cuestionará decisiones y pensamientos de muchos de los personajes, sino que, además, comprenderá la realidad vivida en Sudáfrica post Apartheid, el resentimiento hacia el sudafricano blanco, y la desgracia vivida por un protagonista que se ve obligado a rehacer su vida y repensar sus convicciones a sus 52 años.
La página web Salon indica de forma acertada que Coetzee siempre lleva a sus personajes a situaciones extremas que los induce a explorar el significado de lo que es ser humano. En efecto, David Lurie es un protagonista que vivirá el cielo y el infierno a lo largo de 250 páginas, que tendrá que aceptar el camino disonante de su hija, la vida insulsa y aparentemente carente de todo propósito de aquella gente que vive en el campo, sin tecnología ni seguridad. Un claro ejemplo está en la gran preocupación desmedida de Bev Shaw —un personaje que cobrará importancia a mitad de la novela— por los animales, o la indiferencia de Lucy ante la desgracia que acontece en el clímax de la novela.
Coetzee es el único autor en ganar dos veces el Premio Booker. Desgracia es una de las dos novelas galardonadas con dicho premio. Es, además, premio Nobel de literatura en 2003. Tres de sus novelas han sido adaptadas al cine, entre ellas Desgracia (2008).