La conexión que el lector genera con la historia de Camila, protagonista de la novela Las malas, lo vuelve un cómplice: uno que presencia un mundo injusto, atestado de una violencia opresiva de inicio a fin. Así es como se desarrolla la historia de esta novela corta, en donde se explora una realidad que, lamentablemente, es perfectamente extrapolable a casi toda Latinoamérica.
Es la vida de una travesti de menos de veinte años, nacida en un pequeño pueblo y recién llegada a Córdoba Capital. Una doble vida la condena. De día acude a la universidad como varón, y por las noches es Camila, aquella que ejerce la prostitución en el oscuro y violento Parque Sarmiento, morada de borrachos y drogadictos.
Las malas es un relato que ataca por dos frentes. Dos caminos que se llegan a entrelazar constantemente, enriqueciendo la obra. En primer lugar, está la memoria. La narradora recorre diversos pasajes de su vida, desde su tortuosa infancia, marcada por la violencia despiadada del padre, hasta su paulatina conversión a travesti, amenazada por las normas convencionales de un pueblo que odia todo aquello que no compagine con su ideario. En segundo lugar, está el descubrimiento de El Brillo de los Ojos. El Brillo es un recién nacido de aproximadamente tres meses, encontrado en una zanja en la oscuridad del Parque Sarmiento, bautizado con ese curioso nombre por razones que el lector deberá descubrir; pero, en síntesis, El Brillo es la razón que une a las travestis, todas ellas comandadas y protegidas por el manto de la matriarca de La Tía Encarna. Esta travesti veterana, que vive en calidad de exiliada de su natal y ahora lejana España, fruto de la guerra, encuentra en aquel niño desamparado una razón para cambiar su vida, cuyas consecuencias permiten que todas las travestis de su pensión se unan, en esa dura y violenta realidad que las acecha a través de clientes degenerados y abusivos, autoridades crueles y señoras mojigatas que encuentran más pecados en Camila que en un asesino.
El ambiente, la comunidad de travestis, la memoria y la violencia, a mi modo de verlo, conforman los aspectos más trascendentes de la obra. Pero dentro de esta memoria, la autora ahonda mucho en otros aspectos: la maternidad, el resentimiento, el miedo, el deseo, lo ilícito, las creencias y la religión, la sensibilidad y la belleza.
Las malas es una obra que toca muchos ámbitos de la vida, narrado en primera persona por una de las víctimas de tantas agresiones que quizá nunca podamos comprender. Sin embargo, hablamos de una realidad que, si bien nos puede ser ajena, puede acercársenos quizá un poco leyendo de un tirón una historia amena y bien narrada.
Camila Sosa Villada es una escritora, actriz y dramaturga argentina. Nacida en La Falda, Córdoba, su infancia transcurrió en distintas localidades de la provincia. Estudió Comunicación Social y luego Teatro en la Universidad. Dentro de su obra narrativa, ha escrito dos novelas y un libro de cuentos. Ha ganado el Premio Sor Juana Inés de la Cruz por su novela Las malas. Esta última, junto con Tesis sobre una domesticación, están publicadas por el sello Tusquets.
