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11 FEB

El primer Nobel japonés, Kawabata

por Diego Nieves
El primer Nobel japonés, Kawabata

 

 

A través de un extenso túnel debajo de las montañas inicia la primera parte de País de Nieve, acaso la mejor novela de Yasunari Kawabata, Premio Nobel de Literatura 1968.

 

El nombre País de Nieve hace referencia a una zona al oeste de Japón, en la prefectura de Niigata. En aquel pueblo, la nieve, proveniente de los vientos de Siberia que bajan por el Mar del Japón, puede llegar a formarse en alturas de hasta cuatro metros. 

 

Esta acumulación de nieve inhabilita todos los caminos, exceptuando los ferrocarriles, significando un rompimiento casi literal con el resto de Japón. En buena parte esto es explicado en la novela.

 

 

 

Shimamura es un hombre adinerado de Tokio. Le encanta el ballet occidental y es un estudioso del tema, a pesar de jamás haber visto un baile en persona. Es un sujeto de pocas palabras y reservado. Ha llegado al País de Nieve y conoce a Komako. Podría parecer un encuentro de lo más habitual entre un turista y una geisha, pero la personalidad de Komako es tan distinta a la del resto de mujeres que Shimamura conoce, que este último decide volver por tres inviernos para reencontrarse con ella.

 

Komako es una mujer impulsada por sus pasiones. Se deja llevar por los deseos del corazón y la vulnerabilidad no supone obstáculo alguno en su vida. Es, por tanto, una geisha diferente. La relación de ambos se va acrecentando a medida que Shimamura descubre huellas del pasado de la geisha.

 

La trama no cuenta nada extraordinario. Son otras cosas las que resaltan la gran calidad literaria de la obra. Uno se transporta al País de Nieve. La prosa cuida minuciosamente cada línea, la dota de una frialdad y una lejanía perpetua que acerca al lector a ese mundo tan apartado, recóndito y frío. Los diálogos, a pesar de ser lacónicos, son muy logrados y permiten darnos una idea bastante clara del pensamiento de los personajes. No es necesario que el narrador cuente todo. Finalmente, la novela está en tercera persona, lo que podría suponer una menor intimidad con el lector, pero ocurre todo lo contrario. Kawabata expresa todos los pensamientos de Shimamura con una concisión envidiable. En mi opinión, la primera parte de la novela es un ejemplo perfecto. Cuenta la llegada de Shimamura al País de Nieve y todo lo que ocurre en su mente luego de observar a una pareja joven en otro lado del tren. Antes de su llegada al pueblo, el lector ya puede experimentar el corte gélido, nostálgico y envolvente que rodea no solo al País de Nieve sino al mismo interior de los personajes.

 

Kawabata fue maestro y amigo de Yukio Mishima, otro gran exponente de la literatura japonesa. Tras la muerte de su alumno, quien tomó el camino del suicidio luego de un secuestro político frustrado, Kawabata entra en una depresión que también lo lleva por el mismo camino. Se suicida ya enfermo, cuatro años luego de haber recibido el Premio Nobel de literatura, siendo el primer japonés en obtener este galardón. Fue un hombre huérfano de padres desde los cuatro años y separado de su hermana mayor, quién falleció en la pubertad.

 

Algunas de sus novelas más importantes, además de País de Nieve, fueron El maestro de Go, El sonido de la montaña y La bailarina de Izu.

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