Las ocho historias del último libro de cuentos de Cho Nam-joo, Lo que sabe la señorita Kim, están narradas en primera persona y por mujeres. Mujeres de toda edad, todas diferentes, con ideales diversos.
Pero todos estos ideales parten casi siempre del dolor de cosas comunes y corrientes; y acaso esto es lo que permite al lector empatizar de tal forma con los cuentos sin ser coreano o coreana, sin haber vivido esas experiencias necesariamente. Y esto, quizá, es así por la sencilla razón de que sabemos que son situaciones perfectamente posibles en nuestra realidad.
Cho Nam-Joo utiliza el apellido Kim a lo largo de estas historias. Kim es el apellido más común de Corea del Sur, y también es un excelente ejemplo para demostrar que en lo ordinario se encuentra también el desafío. Nos habla de mujeres que sufren agresiones, machismo, desplazamiento, entre otras cosas, y muchas veces por parte de sus familias y círculos cercanos.
En uno de los mejores cuentos, Ausente, todo parece desmoronarse desde la primera línea: «Tu padre no está. Se ha ido de casa». Es la historia de una madre que vive el abandono de su marido, un hombre que toma la decisión de hacer una nueva vida surcando las siete décadas de vida. El abandono repercutirá en la protagonista del cuento, la hija del padre, quien tendrá como única señal de vida, los consumos de la tarjeta de crédito de este último. Alguna vez, la hija le sacó una tarjeta de crédito a su padre, y todos los consumos de su ahora desaparecido padre, le llegan por teléfono, junto con el local en donde se produjo ese consumo.
En Noche de aurora boreal, una nuera viaja a Canadá junto a su suegra para ver la aurora boreal. Su suegra es una mujer diferente: rompe con los esquemas de la típica abuela abnegada por sus nietos. La abuela, ya viuda, no desea cuidar a su nieto, pero se choca con la infelicidad de su hija, una madre que tiene que trabajar y no sabe con quién dejar a su hijo. Sumado a esto, advierte que, entre su madre y su cuñada, que ahora viajarán a Canadá, hay una envidiable relación que ella no pudo desarrollar.
El relato que más disfrute fue Para Hyeonnam (Estimado ex). Se trata de una desgarradora revelación a través de una misiva. La mujer del relato le escribe a su ex, un hombre que a ojos de muchos podría ser bien visto, pero del que se devela una serie de actos que el lector deberá juzgar con su propia vara. Lo interesante del relato es el tono con el que la protagonista escribe el cuento. Guarda una prudente gradualidad. La tensión va en ascenso, pero jamás pierde objetividad por el hecho de encarar los maltratos que sufrió. Es una mujer de la que se puede decir que ha pensado, meditado y preparado cada palabra, cada oración, de manera que la explicación de los actos de su exnovio no se vean manchados por la subjetividad del dolor que pueda sentir al redactar la carta. Hay mea culpa, porque la mujer se reconoce imperfecta, pero hay una revelación mayor en el texto que podremos advertir no en un momento específico, sino al leer el testimonio en su conjunto.
Cho Nam-joo nació en 1978, en Seúl. Es socióloga, además de ser una novelista aclamada por la crítica y ganadora de muchos premios literarios. Su obra más conocida es la novela Kim Ji-young, nacida en 1982. Así como Han Kang, es una de las narradoras orientales más leídas en occidente en estas épocas, y seguramente en poco tiempo el grueso de su obra será traducida al español.