En Canción del pescador, de Óscar Colchado, el mar es un animal mítico azul y carnicero que devora a los porteños: los llama, los envuelve, los cautiva, los alimenta, los hace soñar; ellos mueren y reviven en él. La naturaleza polifónica y la fuerza colectiva de los cantos reunidos nos acercan a un registro épico que celebra las faenas y las convivencias de los hombres y de las mujeres del mar; un registro matizado, en ciertos momentos, gracias a un lirismo enriquecido por una oralidad lenguaraz, ardorosa, en la que los sentidos míticos y religiosos, la erotización y la resistencia social se fusionan para describir una realidad pesquera forjada por una serie de personajes e historias fascinantes.
Tras la lectura de los cantos, donde los pescadores se transforman en pelícanos, lobos de mar, cardúmenes o bolicheras, el lector llegará a una feliz conclusión: las obras de Colchado revelan su convicción infatigable de que la literatura es una experiencia imprescindible para sensibilizarnos frente a un horizonte cultural peruano mucho más diverso y significativo.