El Espía del Inca es una novela de espionaje sobre uno de los episodios más dramáticos de la conquista del Perú en el siglo XVI. Minuciosamente documentada, mantiene al lector pendiente de una acción trepidante:
Han capturado en Cajamarca al todopoderoso inca Atahualpa, soberano del mayor imperio de Sudamérica. Lo tienen retenido y amenazado unos extranjeros venidos de más allá del mundo conocido. Son hombres blancos, barbudos, velludos, de un olor fuerte; van cubiertos de una piel con un metal duro que no traspasan las flechas, están provistos de desconocidas armas letales con las propiedades del rayo. Montan unos raros animales grandes que pueden matar de una patada. No se sabe si son dioses o ladrones. Quieren oro y plata.
El general Cusi Yupanqui planea la liberación del Inca pero quiere saber la situación. Infiltra un espía en los aposentos del prisionero real. Ese espía es conocido por distintos nombres: Yunpacha, Oscollo Huaraca, Salango. Tiene una habilidad prodigiosa que le permite contar de un solo vistazo cualquier cantidad de objetos y una inusual perspicacia. Pero el Inca no se decide. Siente cierta fascinación por estos extraños seres, él sí es un dios y no tiene por qué temer. Retrasa peligrosamente la orden de su rescate.