Hay películas que no surgen en el tiempo que les hubiera sido más propicio. Les bonnes femmes, de Claude Chabrol, es una de ellas, India song es otra. Estrenada en París el 4 de junio de 1975, en un momento en que el cine moderno tocaba sus límites con osadía ?Pasolini, Eustache, Syberberg, Fassbinder y tantos otros? y, al mismo tiempo, iniciaba su disolución, su novedad en el campo de la expresión cinematográfica es comparable ?y soy consciente de lo que afirmo? a la que en 1941 produjo Citizen Kane. La cuestión es que, con resultados generalmente más pobres de lo deseado, la película de Welles ha sido saqueada de mil maneras, mientras que India song carece de descendencia: está allí, solitaria, aguardando que alguien intente seguir trabajando en la línea que abrió.?
Emilio Toibero
?Lo primero que armé fue la música, el sonido llegó después; por lo tanto el film fue musical antes de ser hablado, lo que nunca sucede porque siempre se agrega la música en último lugar. El film ya es un moderato cantabile, al comienzo, sin juegos de palabras, y luego un vivace el medio, y al final un andante interminable. Para mí, hay tres partes que se separan musicalmente (...) La historia es una historia de amor inmovilizada en la culminación de la pasión. En torno a ella, hay otra historia, de horror ?hambruna y lepra mezcladas con la humedad pestilente del monzón? también inmovilizada en un paroxismo cotidiano.?
M. D.