¿Internet? Si confiamos en sus más fervientes adeptos, la transmutación del plomo real en oro virtual ha comenzado: Internet o la promesa de un mundo mejor, pacificado por el intercambio y la comunicación. Los adversarios de la Red esgrimen, por su parte, la amenaza -¿simétrica?- de un nuevo totalitarismo de la comunicación en el mejor de los cibermundos. El filósofo Alain Finkielkraut desconfía más del Paraíso prometido por unos que del Infierno anunciado por los otros.Autor-lector, productor-consumidor, el usuario de las nuevas máquinas goza de una "libertad fatal": una libertad de la cual no...