or que deberíamos estar todos en pie de guerra para salvar nuestra independencia digital y nuestro pensamiento crítico.
Internet tiene dueños: empresas privadas con ánimo de lucro. La mayoría de buscadores aniquilan cualquier tipo de privacidad y algunas redes sociales se han convertido en altavoz de la propaganda de ultraderecha tan solo porque resulta rentable. Pero no siempre fue así. De hecho, para maximizar los beneficios, internet tuvo que rehacerse mediante un largo proceso de privatización que duró años y que convirtió una pequeña red de investigación en una gran potencia del capitalismo mundial.