El sensacionalismo, lo que el autor llama los hechos reales exagerados, tiene un lugar significativo en la historia del periodismo y no sólo en el Perú. Cada etapa histórica tiene sus expresiones sensacionalistas de acuerdo con los procesos locales y las circunstancias particulares o, para decirlo mejor, cada contexto tiene su propio sensacionalismo. Antes era sólo en la prensa, hoy se ha extendido a la televisión e incluso a Internet. Es una historia muy antigua que en el Perú tiene igualmente viejas raíces y que tuvo como primera expresión masiva el vespertino Última Hora, en 1950. Hoy el sensacionalismo peruano llega a los extremos de la llamada prensa chicha y la discusión sobre la ética y la libertad de prensa es más relevante que nunca. De poco prestigio social y político, el sensacionalismo en los medios masivos goza sin embargo de amplias audiencias y esto obliga, no sólo a no desatenderlo, sino a avanzar en su estudio y examen crítico.