¿Por qué dos muchachos que nunca lo vieron jugar perdieron un año en la facultad para preparar la bandera más grande del país con su rostro? ¿Por qué un hincha del clásico rival le hizo prometer a su hijo que nunca vendería los viejos chimpunes del ídolo? ¿Por qué un pueblo olvidado de Cañete, al sur de Lima, recibe una peregrinación de miles de hinchas para celebrar la Navidad? Y finalmente, ¿por qué Marina, su hija, conservaba una de sus gloriosas camisetas de los años 30? Solo la figura inmortal de Lolo Fernández, el ídolo máximo de Universitario y del fútbol peruano, tiene las respuestas. Solo él.
?Aún los jóvenes periodistas como Miguel Villegas que no gritaron sus goles, imaginan que es más que una gran figura, se trata de un prócer deportivo. Y así es?.
Jorge Barraza, periodista argentino, autor de Pioneros, una historia de la Copa América.