En esta entrega, que finaliza en 1996, dos años antes de su fallecimiento, Jünger nos regala nuevos comentarios sobre sus autores más queridos -compañeros fieles como Nietzsche o Schopenhauer- así como sobre su vida de lector apasionado; reflexiona acerca de su vida en los frentes bélicos y se obsesiona con el ambivalente influjo de la técnica en nuestro tiempo; finalmente, como un nuevo Linneo en su jardín, describe maravillosamente los efectos de las estaciones en la naturaleza que le rodea en su refugio de Wilflingen