En "Poemas Profanos" se deja entrever que el creyente es una torturada alma sin reposo, que carga una culpa de todos los hombres, viviendo en un siglo que puede ser de Sodoma o Gomorra, tal como lo describe un pasaje bíblico. Pero estamos en un siglo que muchas veces se ha y sigue proclamando fin de los tiempos, y su centro es Dios; el hacedor de todos los males, según se desprende de la lectura del libro, y que el hombre soporta y se bastardea en ello, hasta llegar al nihilismo. El mal cunde en todas las esferas del saber hasta en el pensamiento que hay del amor. No hay salida. Solo la palabra nos hará libres. Nos parece decir en "Poemas Profanos" Mario Bendezú Velarde.
Domingo de Ramos