El Sexto representa una elocuente demostración de cómo el realismo posee un campo infinito de acción. Parecerá una novela naturalista a ratos, pues no elude la descripción de lo más repugnante que puede darse en sitios particularmente repugnantes, las mazmorras donde yacen las escorias de una sociedad parcialmente putrefacta. Pero, de cada una de estas páginas alucinantes muchas, surge siempre un ilimitado respeto por el ser humano, confianza en su porvenir, amor al pueblo y la decisión irrevocable de no cejar ya en el combate contra los males que lo abruman.
Así, El Sexto, constituye uno de los documentos literarios más desgarradores en la exposición, más violentos en la denuncia y más vibrantes en su conmovedora esperanza, que jamás se hayan publicado en el continente y, quizás, en la literatura universal contemporánea (Yerco Moretic).