Este libro es una suerte de epílogo, o de bitácora del autor, que describe una larguísima pelea por exponer la verdad en el ámbito judicial, eclesiástico y político. Sin ningún resultado tangible, salvo el de mostrarle a una parte de la sociedad peruana la verdad sobre las violaciones a los derechos humanos que se perpetraban al interior de las comunidades de esta organización religiosa de derecho pontificio.
Hoy, muchos católicos del Perú son conscientes de las cosas que podrían ocurrir en movimientos cerrados, opacos, rígidos y dogmáticos, con asimetrías de poder abusivas y tóxicas, como en el caso del Sodalicio y sus características sectarias.
La justicia efectiva sigue siendo, al parecer, una aspiración inalcanzable, esquiva e inasequible para las víctimas. Y nada parece indicar que esta historia vaya a tener un final feliz. Lo único que se esperaba, luego de conocer la realidad agusanada y cancerosa de los abusos, era un desenlace justo y correcto. Pero parece que eso era mucho pedir para la iglesia católica, para la justicia y para nuestra clase política.
Sin noticias de dios puede leerse modularmente, según los intereses del lector. Cada capítulo es una crónica y una investigación en sí misma. Y es, también, una suerte de vadémecum sobre el mayor escándalo de la iglesia católica peruana en toda su historia.