¿Tiene futuro la humanidad? En un momento crítico de su existencia, el ser humano está obligado a dar una respuesta clara e impostergable a los inauditos desafíos existenciales que se le presentan, esencialmente determinados por las múltiples capacidades tecnológicas que ha desarrollado durante más de dos millones de años, la conocida superpoblación del planeta, la contaminación ambiental y sus consecuencias directas e indirectas en el clima y en la salud de la población en general. ¿Cómo afrontar de forma exitosa estos acuciantes y problemáticos retos que a su vez constituyen escenarios reales e inmediatos? Quizás más que nunca, en los tiempos presentes de amenazantes conflictos bélicos, inestabilidad geopolítica, crecimiento desmedido de la brecha social, hambrunas, aridez y cambios de estacionalidad de temperaturas y precipitaciones que afectan a las cosechas de la Tierra, hace falta coordinar una definitiva acción teórico-práctica que nos permita alcanzar un objetivo solo factible, precisamente, en esta inédita hora de la evolución humana: somos capaces de decidir, consciente y colectivamente, la dirección de nuestra evolución como especie y a tal cosa nos apremian los últimos acontecimientos.