El agua ha rebalsado las bodegas y brota a borbotones. Se bambolea como un inmenso páncreas sobre el terror de los alucinados. Déjate de lloriqueos, por el amor de Dios. Sabes que no será el primero ni el último naufragio de la noche. En la punta del muelle, el faro es una torre redentora. Su luz revolotea, gira en redondo cada siete segundos. Es la noche propicia para una melopea. O un fox-trot. Allende la rompiente, flotan miles de ratas hinchadas por la sal. ("Otro naufragio")