Este libro es un grito que primero va hacia adentro, un canto que truena melancolía, ataviado de espinas en el corazón de un nieto, hijo, padre, abuelo que irremediablemente sangra y se desgrana en el campo, entre las flores que acaban de nacer para ver ese acto agónico de amor tal como se descubre en Pichqa «El amor le brotó en la piel como musgo cristalino».