Las novelas de Dostoievski, Dickens, Melville, Kafka y Camus forman parte de la cultura occidental de los siglos XIX y XX. Crimen y Castigo (Dostoievski), Oliver Twist o Cuento de Navidad (Dickens). Moby Dick (Melville), La metamorfosis (Kafka) y El extranjero (Camus) deben contarse entre las obras más leídas y estudiadas de la historia de la Literatura. La explicación reside en el conocimiento que estos autores demostraron tener del carácter insondable del alma humana y de los abismos y mitos de la sociedad. Sus personajes y las situaciones en que se mueven forman parte de lo humano, en una tradición que iniciaron Dante, Shakespeare y Cervantes.
Para quienes hemos vivido estudiando y aplicando el Derecho a situaciones concretas, a dramas específicos, nos resulta familiar ese mundo de las pasiones humanas, de la delgada línea que separa lo verdadero de lo falso, de la fragilidad e imperfecciones de las instituciones jurídicas, que para los no iniciados aparecen como monumentos de la justicia y la civilización.
Cómo nos gustaría saber qué pensaron del mundo del Derecho hombres como Dostoievski, Dickens, Melville, Kafka y Camus. Para sorpresa nuestra resulta que sí se ocuparon del mundo de lo jurídico y expusieron sus ideas (sus críticas, obviamente) en procesos judiciales que tuvieron que sufrir algunos de sus personajes.
Este libro trata justamente de esos juicios: el de Mr. Pickwick en Los papeles póstumos del Club Pickwick, de Dickens; el de Dimitri Karamazov en Los hermanos Karamazov, de Dostoievski; el de Billy Budd en Billy Budd, de Melville; el de Joseph K., en El proceso, de Kafka, y el de Meursault, en El extranjero, de Camus.