Arcilla es la materia con la que se moldea y condensa el punto de partida en la tarea de poetizar en dos lenguas. Es la palabra clave, la metáfora que, cargada de símbolos andinos, traduce el empeño de los serranos en Lima, obsesionados por trasplantar en la ciudad sus tradiciones y costumbres a través del canto y de la poesía bilingüe.