Uno de los grandes logros literarios de Manuel Puig: pasión, crimen y secretos familiares a ritmo de tango y bolero.
Boquitas pintadas sigue la historia de Juan Carlos Etchepare, un donjuán sin más oficio que dividir su tiempo entre tres mujeres: Nené, una humilde muchacha que está verdaderamente enamorada de él; Mabel, una chica bien que es tan infiel como lo es propio Juan Carlos; y la viuda Di Carlo, mal vista por los rumores de que no respeta su viudez. Cuando la tuberculosis obliga al joven a permanecer interno durante una larga temporada y a alejarse de todas ellas, comienza una formidable exposición de las relaciones humanas y del valor de los lazos afectivos frente a los vínculos establecidos por el deseo.
Publicada en 1969 como un «folletín en dieciséis entregas», Boquitas pintadas convirtió a Puig en un escritor de renombre en Argentina. De nuevo, la novela se inspiraba en la vida y sucesos de su pueblo natal, General Villegas, que el autor vuelca en sus páginas a partir de conversaciones oídas a escondidas. Como en los radioteatros de la época, aquí se habla permanentemente de lo prohibido a través del ocultamiento o la simulación. Es sin duda uno de los grandes logros de Puig: toda la novela está contada a través de diálogos directos, cartas, diarios íntimos, expedientes y publicaciones, y cada episodio está precedido por versos de canciones populares, en su mayoría tangos y boleros.