El libro tiene su origen hace siete años y para su elaboración el autor contó con el valioso apoyo de reconocidos y reconocidas lingüistas, así como de los propios hablantes y diversos expertos.
En una de sus presentaciones, Chirif sostuvo que el impulso para hacer el libro nació en el reconocimiento de la riqueza de la forma de hablar del castellano de la selva, una riqueza tanto desde el punto de vista léxico como fonético y sintáctico.
Pero también surgió reconoce como una manera de aportar a la revalorización del habla popular, muchas veces despreciada por quienes fungen (y fingen) de cultos y adoptan posturas de menosprecio frente a ella.