1992. Alberto Fujimori provoca un autogolpe de Estado y convierte las calles en escenarios para tanques del Ejército. Esa misma noche, el expresidente Alan García huye de un escuadrón militar que lo busca para liquidarlo, y no duda en trepar techos y esconderse tras los muros para salvar su vida. En este contexto, además, convergen los fantasmas de atentados terroristas, debates ciudadanos sobre la necesidad de una «mano dura», pasiones, dudas y complots en busca del poder político. Cada personaje de esta novela es la pieza humana de un rompecabezas que nunca termina de completarse, sino que se suspende en la incertidumbre de una sociedad sometida por el terror y la corrupción, y que no es otra que la sociedad peruana. Porque, aunque estemos ante una obra de ficción, sucesos aquí retratados, como la masacre de Barrios Altos, La Cantuta, el escape del mismo García, son parte innegable de la historia real del Perú.