Esta obra fundamental del legado de Bourdieu es una reflexión necesaria y a la vez polémica sobre el rol de los intelectuales y las leyes que regulan el conocimiento teórico y, además, advierte sobre los riesgos de una de las presunciones más habituales entre los científicos sociales: la idea de que los principios que utilizan para analizar sus objetos de estudio no rigen para ellos.
Así, para que una investigación en ciencias sociales sea rigurosa se requiere del estudio de la sociología de los mismos intelectuales y por ello un libro de esta naturaleza resulta provocador donde, además de develar el posicionamiento de los investigadores, cuenta los pequeños secretos de los grupos de intelectuales de su época.
En una primera parte la obra plantea una crítica de la razón teórica y analiza los instrumentos del método científico, para luego centrarse en la lógica práctica, es decir, en los principios a los que recurren las personas en sus acciones y sus juicios, acerca del mundo y de los otros.
El sentido práctico es considerada una de las obras más relevantes del sociólogo francés más influyente de la segunda mitad del siglo XX, y Siglo Veintiuno Editores la edita, con una traducción propia, luego de haber estado agotada durante muchos años.