Un mundo abierto a todos los vientos. Y en el desfile de personajes y de voces que la habitan, visto desde una distancia prudente, poco importa quiénes estén dentro o fuera del canon de la autora. Importa sí señalar el control que la voz, o las voces, ejercen sobre sus opciones, sobre sus instrumentos a lo largo de las sucesivas etapas de esta obra, a lo largo de los diferentes estratos de este árbol solitario en medio de la pradera. Un árbol que canta la noche, el amor y su humo.