El camino que tomó Garmendia le permitió recorrer el mundo para atender casos en los que el ser humano mostró su lado más oscuro. El genocidio, los conflictos, la discriminación, la violencia, el abuso y la explotación, son algunos de los casos que eligió afrontar. Pero, también, su periplo le permitió disfrutar de la belleza de la naturaleza, la gran diversidad de manifestaciones culturales y religiosas, encontrar personas extraordinarias, y conocer de cerca la gran capacidad del ser humano de ser resiliente y aún bondadoso, pese a las dificultades que la vida le impone.
A través de un recorrido que inicia en su natal Perú y continúa en Brasil, Italia, Suiza, Ruanda, El Congo, Nepal, Guatemala, Mozambique, Afganistán, Sudán, Sudán del Sur, Túnez y Mozambique, la autora nos hace viajar junto a ella por sus recuerdos y vivencias, al tiempo que nos muestra un mundo rico y diverso, cruel y humano, y un modo de vivir la vida un camino diferente que sólo algunos han andado.