La visión de Artaud acerca del Otro es absolutamente radical para un hombre moderno. En el pensamiento occidental hay intentos heroicos de asimilación y de hacer una lectura relativizadora, una inversión sígnica respecto a la otredad. Pero en Antonin Artaud hay por primera vez una absoluta aceptación de la superioridad moral, sagrada (poética, por ende)
del Otro. El Tarahumara es el padre del hombre y, si conserva claves para leer los signos de lo sagrado, lo hace con la encomienda de preservar la unidad original.